08/07/2023, ABC, Blanca Martínez Mingo y Daniel Caballero

Julián López tiene 51 años. Vive en Madrid y trabaja en una consultora; cuenta con un buen salario, pero eso no ha evitado que se sumiera en deudas inasumibles con los créditos fáciles. «Cuando pides una financiación o una tarjeta, si no estás en una lista de morosos, te la van a conceder. No hacen un estudio total de tu nivel de endeudamiento. Te metes en un lío y no te das cuenta hasta que no puedes asumir los gastos», relata.

En su caso trabajaba con varios bancos tradicionales, que acabaron siendo un problema, pero también con otro tipo de empresas financieras como Wizink y Cetelem. Tenía la hipoteca casi pagada pero tomó malas decisiones. Financió los coches, unas obras que tenía que hacer, el colegio de un hijo y la universidad de otra...

Acabó contratando líneas de crédito y múltiples tarjetas. «Empecé pagando, pero no podía», dice, para añadir que terminó teniendo que pagar 4.000 euros al mes por todos estos créditos; pagaba unos créditos con otros créditos, aquello era insostenible. Entonces, pidió ayuda, en su caso a Agencia Negociadora, empresa especializada en reestructurar deudas. «Era un estrés diario. Lo último que quería era acudir a mi familia», asegura. Con la ayuda de la citada compañía logró agrupar sus deudas para pagar 'solo' 900 euros al mes, aunque alargando plazos. Desde Agencia Negociadora confirman que cada vez más personas acuden a tarjetas y créditos rápidos para financiar su día a día y para llegar a fin de mes. Incluso apuntan a que hay quien paga la hipoteca con tarjeta de crédito.

Eso, asimismo, se traduce en que se multiplican las familias en apuros. «Hemos registrado un aumento superior al 30% en solicitudes de operaciones de agrupación de créditos desde principios de este año, con lo que el dato significa de aumento de cargas financieras por diversos conceptos en las familias», indican.

Hipotecas versus tarjetas 'revolving'

En este sentido, no todos los préstamos son igual de perjudiciales para la salud financiera. La hipoteca es el crédito más sano y en el lado totalmente opuesto están productos como las tarjetas 'revolving' y los créditos ultrarrápidos.

En Asufin también constatan un aumento de clientes en el último año que se ven obligados a contratar estos créditos para poder llegar a fin de mes. Un endeudamiento «por necesidad» a través de microcréditos en empresas financieras que se dedican a este ámbito de actividad pero que en muchas ocasiones acaban en desastre.

Lo cierto es que entidades como Cofidis, Vivus, Creditea, etc, que se dedican al negocio del crédito para consumir y hacer frente a imprevistos y gastos por necesidad, sí que llevan varios trimestres experimentando un crecimiento notable en los préstamos que conceden. Cofidis, uno de los líderes en este sector de crédito, creció casi un 18% en su actividad en 2022 ante el aumento de las necesidades de financiación de las familias. Pese a todo, desde Cofidis indican que la tasa de morosidad sigue siendo baja. «Ha habido muchas alertas, pero no es tanto como se pensaba», comenta Anna Golsa, directora de Digital Business y Marketing de Cofidis. Y añade que «los impagos siempre son un problema, pero se mantiene la tasa del 5%».

Más de 4.000 millones

Así las cosas, de las estadísticas de establecimientos financieros de crédito se desprende un alza de alrededor de 4.000 millones de euros en préstamos de financieras desde principios de 2021. Una cantidad llamada a aumentar, según fuentes financieras, aunque en esta cifra no se contabilizan todos los préstamos ultrarrápidos que se conceden.

Y acudir a los préstamos fáciles y rápidos puede acabar siendo un problema fácilmente, como indican en el sector bancario. Por su parte, en la banca se quejan de que las entidades que conceden ese tipo de créditos no tienen la misma supervisión y regulación que un banco tradicional; en otras palabras, que es más sencillo acceder a cierta financiación, con el riesgo que esto acaba conllevando.

«Si vemos que nuestra economía no va bien, pues hay que evitar hacer esto. El problema que tienen este tipo de préstamos es el efecto bola de nieve», indican en Asufin, que advierten del riesgo de utilizar estos créditos para el día a día, ya que los problemas se van acumulando. Se van acumulando las deudas hasta que termina por ser insostenible la situación. «Hay que hacer un uso responsable en el cual se controle el coste y se procure siempre pagar el crédito lo antes posible acorde a nuestra economía», prosiguen desde la asociación de consumidores. En este sentido, destacan que si puedes pagar una cuota de 200 euros, mejor que abones esta en lugar de una más baja para acabar de pagar el préstamo cuanto antes y tener menos intereses.

Interés de hasta el 25%

«El crédito más fácil de obtener es el más caro de devolver, y en este caso la medalla de oro es para las tarjetas de crédito, ya sean convencionales o 'revolving', con tipos de hasta el 25%. Lo siguiente más caro son las financiaciones de grandes superficies, en el entorno del 18%, y de ahí para abajo crédito rápido, crédito personal tradicional bancario (consumo) e hipoteca. Mención aparte, los microcréditos a un mes, con tipos de hasta el 1.000%», advierten desde Agencia Negociadora.

En su caso tienen claro que acudir a créditos rápidos para pagar los gastos fijos del mes «nunca sale bien. El riesgo a medio plazo es el colapso financiero», pero añaden desde la empresa que toda situación tiene una salida. «La 'buena' noticia es que es posible solucionar este problema de una manera rápida y recuperar oxígeno, tranquilidad y, en definitiva, calidad de vida: realizando una operación de consolidación de deudas o agrupación de créditos».

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