03/01/2021, La Voz de Galicia.

Con el anzuelo de la facilidad -solo aparente- para devolver el dinero gastado, las tarjetas revolving se han convertido «en el más pernicioso lastre en la estructura del endeudamiento en crédito al consumo de las familias españolas», según la Agencia Negociadora. Esta fintech dedicada a la intermediación hipotecaria ha analizado más de 25.000 expedientes de solicitud de agrupación de créditos y, entre las conclusiones del estudio, destaca que el peso de este tipo de tarjetas en el total de las deudas por crédito al consumo de quienes solicitan una reagrupación de préstamos ha crecido sin parar en los dos últimos años.

En el 2018 suponían el 14 % del total de deudas y el 20 % el año siguiente, mientras que en junio del 2020 había escalado ya hasta el 26 %, lo que prácticamente supone el doble en tres años.

Nueva normativa en vigor

«No es de extrañar si se tiene en cuenta que la tarjeta se puede obtener en el metro o en un centro comercial, sin análisis de riesgo y sin mayores trámites», subraya la Agencia Negociadora, recordando que ayer entró en vigor la nueva normativa que regula la comercialización de dicho producto.

El mismo estudio señala que el importe medio que las familias cancelan por tarjetas revolving en una operación de agrupación de créditos subió de los 5.000 euros del 2018 a 7.000 en el 2019, mientras que en junio del pasado año estaba ya en 8.000 euros, es decir, un 60 % de incremento en el período analizado. «La única manera de salir del bucle de deuda creciente es cancelando los importes pendientes con otra financiación más barata, más accesible, y que garantice la devolución de la deuda; porque, más allá de que los intereses sean altos o bajos, lo importante es poder amortizar; como en la agrupación de deudas», explica la fintech. Y es que con las revolving se pagan intereses por lo que se dispone y se elige la cuota, desde 50 euros al mes. «Lo malo es que con esa cantidad no se llega ni a amortizar los intereses correspondientes a la cuota, con lo que la deuda no para de engordar, por muchos años que se esté pagando». Eso es lo que trata de evitar la nueva normativa.

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