20/07/2021, ABC, Daniel Caballero.

A nadie se le escapa que ahora contratar  una hipoteca es prácticamente un chollo. Con el euríbor en negativo y la guerra  entre bancos en su punto álgido, los tipos de interés en el momento de la firma pueden rondar perfectamente el 1%, cuando antes de la crisis financiera de 2008 podían superar con facilidad el 5-6%. Lo que no todos saben es que de estas cifras en mínimos también pueden beneficiarse quienes llevan años e incluso décadas con su préstamo. ¿Cómo? ‘Vendiéndose’ al mejor postor, esto es, al banco de la competencia que mejor oferta le haga por trasladar su hipoteca.

Cambiar el crédito sobre vivienda de una entidad financiera a otra es perfectamente posible y legal. Técnicamente se conoce como subrogación de acreedor y, en términos coloquiales, ‘robo’ de hipotecas. Sea como fuere, las cifras no engañan: hay un ‘boom’, coincidiendo con la crisis del Covid-19. En los cuatro primeros meses de 2021 se contabilizan 12.331 subrogaciones; cuatro veces más que un año antes, casi tres veces más que en 2019.
Entre abril y enero se han superado en todos los meses los 2.800 ‘robos’, algo que no se veía desde los primeros meses de 2015. Y la previsión es que la tendencia, más o menos, se mantenga algo en el tiempo. «Todavía queda recorrido en la guerra hipotecaria, por lo que los bancos seguirán buscando y ‘robando’ clientes en los balances de la competencia a través de ofertas que mejoren las condiciones de sus hipotecas», señala Luis Javaloyes, CEO de Agencia Negociadora. Miquel Riera, experto en hipotecas del comparador de
productos financieros HelpMyCash.com, coincide en que el ritmo proseguirá: «A corto plazo, es probable que se mantenga este ritmo de subrogaciones de acreedor, pues los bancos están interesados en ofrecer esta opción para aumentar la concesión de crédito y los clientes están interesados en cambiar su hipoteca de banco para mejorar sus intereses y pagar menos».

A medio y largo plazo, eso sí, las incertidumbre son mayores. «Todo dependerá de cómo evolucionen los tipos de interés de las hipotecas ofrecidas por la banca. Si siguen bajos es probable que el número de subrogaciones formalizadas siga como hasta ahora; en cambio, si los tipos suben lo más probable es que baje el ritmo, pues habrá menos demanda», añade Riera. La amenaza de que los tipos y la guerra entre entidades cambie a medio plazo provoca que sea ahora el momento para beneficiarse de este escenario.

Un ejemplo práctico. Un cliente que firmó su hipoteca en enero de 2007, a un interés fijo del 6% y un plazo de 25 años; ahora le quedan todavía 150.000 euros por pagar del préstamo. Según la calculadora de HelpMyCash.com, se puede ahorrar en intereses hasta 35.035 euros; en términos mensuales, 278 euros menos durante 11 años. Con todo, desde el comparador señalan que el ahorro medio en intereses ronda, en términos generales, los 30.000 euros, para créditos con varios años aún por delante y un importe considerable aún a devolver.

Beneficios para el cliente

«El beneficio para el cliente es muy claro: ahorrar dinero. Actualmente, además es la entidad bancaria que quiere atraer al cliente y que concederá la nueva hipoteca quien corre con los gastos de la operación (Actos Jurídicos Documentados, registro y gestoría)», afirma Javaloyes. Desde HelpMyCash.com añaden que solo le corresponde al cliente pagar la tasación (que suele ser unos 300 euros de media) y la comisión por subrogación, que ronda entre el 0 y el 2% sobre el importe pendiente.
Asimismo, acudir a esta opción es una manera de tratar de eliminar ciertas condiciones o productos vinculados (seguros, planes de pensiones...) que mantenían al cliente atado al banco con el que firmó en un inicio.
Para la entidad financiera también es una operación redonda. «El banco, por su parte, consigue un nuevo cliente que se va a vincular durante muchos años y, que a medio y largo plazo, podrá rentabilizar mediante la venta de otros productos», explica el CEO de Agencia Negociadora.
Pese a todo, Riera advierte de que la subrogación no es para todo tipo de usuarios. Es necesario acreditar una serie de condiciones para poder acceder a la misma, siempre a juicio de cada entidad financiera y lo agresivo que sea en su operativa. «La subrogación no es para cualquiera. Para que un banco esté dispuesto a mejorar la hipoteca del cliente de otra entidad es imprescindible llevar un mínimo de entre uno y dos años pagando las cuotas ininterrumpidamente. Además, como es lógico, hay que tener un buen perfil: situación laboral estable, ingresos suficientes para pagar las mensualidades, pocas o ninguna deuda aparte de la hipoteca…», sostiene este experto. Añade, además, que quienes más buscan esta opción son los firmantes entre 2010 y 2015.

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