21/10/2018, ABC, Luis Javaloyes, CEO Agencia Negociadora.

Suele atribuirse a la normalidad del ciclo económico que ciertas características intrínsecas al crecimiento producen beneficios extendidos en la salud de las cuentas públicas y privadas así como, al revés, las recesiones infligen grave daño económico, y también social, a aquellas naciones que las sufren.

Así, las épocas de crecimiento vienen acompañadas de más riqueza para todos, de más crédito (y en mejores condiciones), de más consumo, y, en definitiva, de más confianza en la situación económica, que es lo que hace que seamos más optimistas respecto a nuestro futuro y nos sintamos más alegres con el gasto. El pilar de todo ello es el empleo: sin más personas trabajando no es posible que todo lo anterior forme parte de una ecuación verosímil, porque el empleo es la base de la expectativa. O no… ¿Y por qué no? ¿Por qué en este ciclo expansivo –o lo que quede de él– iba a ser distinto? Pues lo es, y está generando desorientación en el sector financiero; y hablo de antes de la moción de censura.

Más allá de las razones, que las entidades tratan de identificar, la realidad es que en estos años de crecimiento económico la lógica es diferente a lo que se daba por supuesto en el ámbito del crédito: el progresivo descenso en la tasa de morosidad del crédito al consumo. Sorprendentemente, no; la morosidad en el crédito al consumo sube; a menor ritmo que en los tiempos de la crisis, claro, pero con la tasa de crecimiento de la economía y con la generación de medio millón de empleos al año no debería estar pasando.

Esta morosidad distópica, impropia y causada por una sociedad diferente a la de antes de la crisis del 2008 puede que haya venido para quedarse si no cambian algunas cosas. La primera de ellas es que si la expansión no llega a los ingresos de las familias, el consumo (la economía, en ese aspecto) sólo puede crecer a base de deuda que no siempre se puede pagar. Es la única explicación que encuentra el sector financiero: antes, la creación de empleo suponía una mejora general de las condiciones de los trabajadores por cuenta ajena y, por tanto, de la expectativa de mejorar. La novedad es que ahora se crea mucho empleo pero, hay que señalarlo, insuficientemente remunerado. Quizás haya que dejar al crédito lo que le corresponde, que es posibilitar el acceso a bienes y servicios. Pero también exigir al sistema lo que le toca: que redistribuya. Más que nada, por su propia subsistencia, que es la de todos nosotros.

Solicitud de estudio gratuito

Nombre y apellidos
Teléfono de contacto
+34
Correo electrónico

Solicitar


Muchas gracias por confiar en nosotros.

Su solicitud ha sido enviada correctamente, nos pondremos en contacto con Vd., a la mayor brevedad posible.

Reciba un cordial saludo.